viernes, 27 de julio de 2012

Del porqué de una lagarta y una luna

Me gusta dibujar mientras hago otras cosas como oír música, hablar por teléfono o simplemente pensar en mis asuntos. En las aburridas reuniones de trabajo a las que uno debía asistir – ¿por qué no nos dicen por escrito lo que tenemos que hacer y nos ahorramos el coñazo? – solía pintarrajear todo papel que se me ponía a tiro.

Un día, no recuerdo qué estaba haciendo, me puse a garabatear como siempre y de una forma automática, casi surrealista, fue surgiendo una imagen curiosa: una luna malva miraba asombrada a una lagarta verde (*) –oruga para los foráneos- que miraba retadora a la luna mientras se agarraba para no caer.

No he podido averiguar de qué manera pudo subir el bicho hasta la luna. Tal vez fue el astro el que bajó a engancharla, pero lo cierto es que los dos están sorprendidos por la incómoda situación en la que se encuentran. La luna es fría, distante, lejana, sublime en su navegación estelar, alejada de lo terrenal, de lo vulgar…La lagarta es su contrario, su opuesto: es lo rastrero, lo vil, lo mezquino, lo banal, lo cotidiano, como es el animal que se arrastra y corroe la verde vegetación para sobrevivir. Una y otra están unidas, pues, para siempre. La verde larva, aunque quiera, no puede comerse al satélite, pues caería al vacío, y la luna sabe que sin la lagarta, que a fuerza de raer la transforma en creciente, no sería ya ella misma.

Esta imagen que surgió del subconsciente me confunde y trato de interpretarla. Me viene a la mente de forma inmediata que los contrarios son, como siempre, complementarios. Es la vieja oposición de siempre: el yang y el yin, lo apolíneo y lo dionisíaco, siempre opuestos y siempre necesitados el uno del otro. Cada uno de ellos comprende una pequeña parte de su opuesto, pues, a fuerza de estar unidos, se ha impregnado de la esencia del otro.

Y se me ocurrió entonces que si alguna vez tenía un blog lo llamaría así ‘La lagarta y la luna’ y en él cabría desde lo más mezquino a lo más elevado pues así es la vida y así, como todos nosotros, soy yo.

(*) Según la Academia Canaria de la Lengua (que haberla hayla)

lagarta

1. f. Larva de los insectos lepidópteros. Hay varias clases de ellas (lagarta del pino, lagarta de tabaiba, lagarta verde, etc.), y algunas son perjudiciales para la agricultura. Las papas están llenitas de lagarta.

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