Está de moda. Reconozcamos que el viejo gintonic ha
vuelto con una fuerza inusitada para sus años. En pubs, tabernas, bares y, en
resumen, en todos los sitios de copas se le rinde una veneración que hace poco
no tenía. De bebida colonial británica ha pasado en nuestros días a convertirse
en casi un objeto de culto para sus seguidores.
La cosa empieza cuando el señor Sweppe inventó la
tónica, con su añadido de quinina, y los distintos fabricantes de ginebra
comenzaron a afinar sus herbáceas fórmulas. La mezcla del destilado (a veces
rotundo, otras suave) y el refresco produce una bebida refrescante y con un
punto amargo que nos recuerda que la vida sigue ahí.
La cosa ha llegado tan lejos que la original
combinación se ha complicado. Si uno va a un lugar de copas y pide un gintonic
no se extrañe si le plantean un interrogatorio acerca de la ginebra que
prefiere, lo que llevará a la tónica que mejor la acompaña. Es importante
seleccionar una buena tónica, que debe potenciar el sabor de la ginebra.
También hay que tener en cuenta los aditamentos que mejor completan el
combinado.
Si usted se decanta por una Hendrick’s escocesa la
acompañarán de pepino, pero si su elección es una Bulldog verá en su copa,
balón por supuesto, un trozo de regaliz y una corteza de naranja, mientras que
la Citadelle francesa se verá ornada con flores de temporada y corteza de lima.
Pero ¿cuál es mi gintonic favorito? Descarto de
antemano uno que aquí en estas islas es imposible de conseguir pero que he
disfutado en otras islas y otro tiempo. Una parte de gin de Menorca, dos y
media de tónica Kas (¿dónde andará metida?), hielo y una corteza de lima. Me
tengo que conformar, pues, con lo que está a mi alcance: Beefeater, Fever tree
y una piel de limón sutil.
Pero falta el ingrediente secreto del gintonic
perfecto. Esta bebida hay que tomarla al atardecer, sorbito a sorbito, mientras
el sol va cayendo sobre el mar, mientras meditamos sobre lo poco que somos y, pese a todo, lo
bien que nos encontramos.
P.S. El gintonic que aparece en la imagen se hizo con ginebra Bulldog, tónica Schweppes, hielo, gajos de naranja y regalía (regaliz) de las duras. No estaba malo, no.
P.S. El gintonic que aparece en la imagen se hizo con ginebra Bulldog, tónica Schweppes, hielo, gajos de naranja y regalía (regaliz) de las duras. No estaba malo, no.
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