Su novela más famosa, Memorias de Adriano,
describe la vida y la muerte del emperador romano Adriano. El libro fue
publicado en Francia en 1951, y fue un éxito inmediato, con una gran alabanza
de la crítica. Tiene la forma de una epístola al primo de Adriano y su eventual
sucesor Marco Aurelio. El emperador medita acerca de sus triunfos militares, el
amor en la poesía y la música, y su pasión por su amante Antínoo. Fue traducido
al español por Julio Cortázar. En el libro aparece una descripción de la cúpula
del Panteón de Agrippa de Roma, obra arquitectónica del siglo II d.C.que se
suele atribuir a Apolodoro de Damasco.
"Jamás la primavera romana había sido más dulce,
más violenta, más azul. El mismo día, con una solemnidad más recogida y como en
sordina, tuvo lugar en el interior del Panteón una ceremonia consagratoria.
Había corregido yo personalmente los planes excesivamente tímidos del
arquitecto Apolodoro. Utilizando las artes griegas como simple ornamentación,
lujo agregado, me había remontado para la estructura misma del edificio a los
tiempos primitivos y fabulosos de Roma, a los templos circulares de la antigua
Etruria. Había querido que el santuario de Todos los Dioses reprodujera la
forma del globo terrestre y de la esfera estelar, del globo donde se concentran
las simientes del fuego eterno, de la esfera hueca que todo lo contiene. Era
también la forma de aquellas chozas ancestrales de donde el humo de los más
arcaicos hogares humanos se escapaba por un orificio practicado en lo alto. La
cúpula construida con una lava dura y liviana que parecía participar todavía
del movimiento ascendente de las llamas, comunicaba con el cielo por un agujero
alternativamente negro y azul. El templo abierto y secreto, estaba concebido
como un cuadrante solar. Las horas girarían en el centro del pavimento
cuidadosamente pulido por artesanos griegos; el disco del día reposaría allí
como un escudo de oro; la lluvia depositaría allí un charco puro; la plegaria
escaparía como una humareda hacia ese vacío donde situamos a los dioses. La
fiesta fue para mí una de esas horas a las que todo converge".
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